









































“Sólo quien ha vivido cerca del mar conoce la parte dulce de la sal.”
Ese amor que nos contagia a todos, ese amor que se vive frente al mar, el más puro, el más sincero, el más sencillo. Es el que nos hace creer firmemente en la idea de contar historias reales, para nosotros las más bonitas que podremos fotografiar.
A la hora de hacer una preboda, a todos nos entran las dudas, será el mar en invierno el idóneo, la montaña, la cuidad…. Y creo que siempre hay un lugar especial para cada una de las parejas. Lo especial no suele ser el lugar. Suele ser lo que sienten ellos cuando van a los sitios que marcan su historia, su vida, su rutina. Nosotros, solemos recomendar sitios en los que ya hayan estado y sientan como especiales. Lugares únicos para ellos, que siempre recordarán. En los que sabes que conservarán su esencia allí, año tras año.
Por eso, cuando hablamos con Israel y María, supimos que el mar tenía mucho que ver con ellos. La playa que bonito lugar para el amor. El sitio era el idóneo, que mejor lugar que una preboda en la playa. Muchos han sido los paseos allí, en invierno cuando la marea está en calma, te llenas de paz, de vida. ¿Qué bonito verdad? Y más, si lo acompañas de un día de descanso, junto a él, tu gran amor, ese que sabe cómo hacerte reír a carcajadas sin que nada más importe y entonces es cuando te das cuenta que él es tu lugar favorito.
Al final son ellos los que hacen especial todos los sitios a los que van. Porque en cada uno de ellos dejan una huella difícil de borrar. Recuerdos que con el tiempo aún ganan más importancia. Con ellos te das cuenta de que los grandes momentos que da la vida cobran más sentido si es con él, Israel, su persona especial.
Preboda playa Maria&Israel
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